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Mujeres tallando sueños en sillar

Historia de las mujeres y madres que participaron en el XIX Concurso en Tallado de Sillar por el 482 aniversario de Arequipa

El sillar, ignimbrita o piedra volcánica blanca es un material extraído de las canteras que se formaron en las zonas cercanas a los volcanes Misti y Chachani. Muchas de las construcciones de Arequipa tienen como base al sillar, motivo por el que se le denomina Ciudad Blanca.

Esta piedra volcánica no solo es usada en la construcción de inmuebles, sino también en esculturas en las que los artesanos retratan las tradiciones y lugares históricos de Arequipa. 

El arte de ser escultor en sillar implica un gran esfuerzo, pasión y disciplina. Para muchas mujeres arequipeñas, que practican este oficio, es también enfrentar constantes estereotipos y prejuicios. Algunos normalizados en nuestra sociedad.

Las talladoras en sillar se enfrentan a opiniones en las que las señalan que no tienen la misma fuerza con el cincel o el combo que un escultor varón. También, que no podrían llevar a la par la responsabilidad de ser cuidadoras de sus hijos y profesionales en el arte.

Cada una de ellas, llenas de expectativas, narran sus experiencias en el XIX Concurso de Tallado en Sillar por el 482 aniversario de fundación española de la Ciudad Blanca.

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Es una pasión, es enseñar y motivar

De los 19 participantes en la categoría de tallado en sillar, 4 son mujeres. Grecia Lazarte, Nubelinda Cabrera (ambas docentes) y Mayra Vergaray (estudiante) ponen en práctica lo aprendido en la Escuela de Artes Carlos Baca Flor; mientras que, Christie Córdova labra su arte de lo aprendido en la cantera ‘Culebrillas’ de Uchumayo.

Mayra Vergaray

“La primera vez es la más emocionante, esto es algo que le cuento a mis alumnos. El primer día que tallas, te quedas con las manos temblando porque no tienes mucha experiencia (…) Pero después ya le agarras la maña. Mientras más practicas, vas mejorando la técnica y la agilidad”, dice -alegremente- Grecia, que es escultora desde hace 7 años.

El arte de tallar el sillar no es muy conocido en nuestra ciudad, debido a la poca difusión de este oficio. Nubelinda hace un llamado a las autoridades a promover más el tallado en sillar, pues cree que esto aumentaría el turismo. Sin embargo, eso no la desmotiva de seguir inculcando en sus estudiantes la pasión por la escultura. 

Mayra Vergaray lleva el gusto por la escultura en su sangre, pues su padre es acuarelista y su hermano tallador en madera. Esta es la segunda vez que participa en el concurso “En mi primera vez, no me fue bien porque el tiempo era menos; pero a pesar de que no pude terminar, tuve una experiencia gratificante”, expresó Mayra, que esta vez apunta a posicionarse en los primeros lugares.

“El sillar es una piedra única en el mundo y muy hermosa”, expresa Christie. Ella aprendió de su esposo a tallar esta roca volcánica. Ahora busca motivar a sus hijos a esculpirlo también, pero ellos tienen un mayor gusto por la acuarela. Como representante de la cantera Culebrillas, espera llegar a los primeros puestos de la competición.

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Madres y profesionales

Tallar arduamente el blanco sillar para transformarlo en esculturas artísticas es una labor invaluable. Y más, cuando debes unir tu amor por este tradicional arte y la dedicación a tu familia por ser madre cuidadora de tus pequeños hijos. 

Grecia y Mayra son dos artistas y también madres que narran sus experiencias participando en este concurso de tallado en sillar por el aniversario de la Ciudad Blanca, Arequipa.

Para Grecia, llevar ambas responsabilidades es un gran reto y más aún cuando se enfrenta constantemente a prejuicios y estereotipos por ser mujeres. “Muchos dicen que las mujeres no tenemos fuerza, pero no es fuerza lo que necesitamos si no, práctica“. Por esto,  Grecia participa en todos los concursos que conoce. “Muchas de mis alumnas no participan porque tienen miedo a que se burlen de ellas o porque piensan que no sabrán cómo hacerlo” añadió. 

Grecia Lazarte

Por su parte, Mayra participa acompañada de su pequeño hijo de seis años, que juega cerca al puesto donde su madre labra en un bloque de sillar al Monasterio de Santa Catalina. 

Ambas orgullosas madres arequipeñas rápidamente se hicieron amigas por el compromiso con su carrera profesional y el amor hacia sus ccoros. Por lo que decidieron -durante los siguientes días de competencia- llevarlos al concurso para cuidarlos y que jueguen entre ellos. 

Las historias y dificultades de éstas artistas y madres arequipeñas se repiten constantemente en el mundo artístico.

Para Grecia, encontrar el equilibrio entre ambas actividades es un gran reto que enfrenta día a día. Pero la llena de satisfacción el saber que su reconocimiento es visto por su pequeña hija de nueve años. “Lo mejor es que mi familia recibe los laureles de mi esfuerzo”.

Grecia menciona también que -a pesar de que en el concurso de sillar no participan muchas mujeres- ella, como maestra, las impulsa constantemente a inscribirse y participar. 

Ser escultora es una actividad que aún muchas personas consideran que es sólo para hombres. Sin embargo, luchan contra estos estereotipos todos los días.

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Dificultades en la ruta del sillar

La labor de un tallador profesional de sillar involucra una serie de dificultades que estos artistas deben atravesar. Lamentablemente, en el caso de las mujeres esta situación se multiplica. 

Según Christie, debido a la poca promoción que se da a este arte, no hay muchas mujeres que se dediquen al tallado. La artista puso como ejemplo que en su cantera “Culebrillas” solo dos damas realizan estas obras. 

Grecia señaló que otra dificultad -para que las mujeres se presenten- son los estereotipos nombrados anteriormente, ya que estos pueden impedirles -mentalmente- que participen en los concursos o se dediquen a este arte.

A esto le podemos sumar las dificultades típicas de un tallador. Según Nubelinda, no solo se invierte en la materia prima para realizar esculturas, también compran instrumentos y uniformes para su seguridad y hacer sus obras de la mejor manera. Cabe señalar que -según Mayra- este trabajo no es bien remunerado, debido a la escasa demanda que hay en la ciudad.

Christie Córdova

Además, Mayra indicó “lamentablemente el arte no es bien rentable en Arequipa, pero cuando hay eventos como estos (…) es cuando sobresalen más nuestros trabajos”, resalta la falta de apoyo e interés de la población en general. Sumado a esto, Nubelinda aseguró que no hay muchos talleres donde los escultores expongan sus obras. 

Sobre el apoyo de las instituciones públicas, Nubelinda y Christie coincidieron que -aparte de los concursos- no se hace mucho por los talladores. Las artistas aseguraron que durante la pandemia, los que hacen obras en sillar se valieron por sí mismos, vendiendo sus artesanías o realizando otros trabajos alejados de este arte. Según Christie, actualmente dependen de los visitantes que llegan a las canteras de Arequipa.

Por su parte, Grecia pidió a la Municipalidad Provincial de Arequipa que organicen más concursos. Que no sean solo para adultos, sino también para niños que deseen aprender este arte. Por otro lado, Christie comentó que se deben realizar ferias cada cierto tiempo orientadas a la venta de productos para apoyar a los escultores. 

Christie -a pesar de su poca experiencia en este arte- señaló que debería haber categorías para hombres y mujeres, poniendo como ejemplo que los demás talladores hombres habían avanzado más rápido que ella. La artista indicó que esto se debe a la poca fuerza que ella posee para la labor, en comparación con los otros. Ojalá que, en algún momento, este arte sea bien considerado en Arequipa y las mujeres también puedan disfrutarlo.

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