Garantizaría la transparencia del proceso al permitirle a los ciudadanos monitorear su voto e incluso cambiarlo según su consideración.
La digitalización del sistema electoral disminuiría el gasto económico al no ser necesarias las impresiones, la logística de distribución o movilización. Según el especialista de la Escuela de Posgrado de la Universidad Continental, Jaime Aguirre Guarderas, digitalizar las elecciones garantizaría la transparencia del proceso.
El experto también indicó que el nuevo sistema aseguraría la inmutabilidad de los votos y la inmediatez de los resultados al tener los datos en un sistema nacional. Le permitiría a los ciudadanos monitorear su voto. Inclusive, los ciudadanos podrían cambiar su voto antes del escrutinio final, mediante una clave privada que garantice el principio del voto secreto.
Si bien la propuesta sería más práctica y segura que la modalidad actual, el cambio -en nuestro caso- no puede ser inmediato.
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El camino a seguir
Aguirre resaltó tres grandes elementos para dar los primeros pasos. El primero es la conectividad, siendo esta clave para que los votantes accedan al sistema electrónico electoral.
El segundo es la tecnología, para garantizar la seguridad del voto y datos del ciudadano, propuso el blockchain (cadena de bloques); al estar distribuida en nodos, asegura un sistema electoral antifraude, eficiente, secreto y verificable.
Finalmente, el uso e implementación del DNI electrónico. El contar con un registro adecuado de toda la identificación biométrica (dactilar, facial, ocular), aseguraría la identidad del votante y evitaría la suplantación. «Las claves físicas podrían perderse o ser robadas, pero la identificación biométrica la lleva uno mismo», indicó Aguirre.
En el Perú
En el contexto peruano, el economista recomendó olvidar paradigmas adquiridos con el tiempo, los cuales limitan o impiden estos procesos. El primer paradigma es la presencialidad; pues el voto puede ser virtual mediante la aplicación de tecnología; la cual, según Aguirre, reduciría el ausentismo.
El segundo, es el tiempo acompañado con la posibilidad de correción del voto. El contar con un plazo entre el inicio y el cierre de la votación de más de un día, le permitiría al elector evaluar el desarrollo de los candidatos y, con eso, tener la posibilidad de tomar una mejor decisión.
Como tercer paradigma se presenta la posibilidad de cambiar el voto. Los primeros resultados podrían confundir al elector. El votante podría corregir su elección de acuerdo a la información recabada a través del acceso al conteo de votos en tiempo real.
Aguirre considera a las elecciones digitales sencillas, rápidas, seguras y oportunas. Su implementación reduciría gastos durante el proceso electoral y podría significar cambios con una regularidad aún por definir; siempre y cuando se dé el primer paso.
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