Cuando el expresidente Martín Vizcarra entró a la sala, recordamos lo alto que era. Con un ramo de rosas blancas y rojas -que terminó regalando a la secretaria nacional de asuntos internacionales y de organización del partido Perú Primero, la doctora Rosa Gutiérrez- tomó asiento junto a sus simpatizantes.

Martin Vizcarra habló casi treinta minutos de su partido, el cual -según él- cambiará al país. Luego el líder del partido Perú Primero dijo abiertamente que estaba dispuesto a responder cualquier duda que tengamos. Terminada la propuesta, todos los periodistas comenzamos a levantar la mano frenéticamente para hacer una que otra pregunta pícara al famoso ‘bebito fiu fiu’.
Como si se tratase de maestro de primaria, comenzó a asignarnos los turnos, aquí un pequeño relato de lo que dijo.
Las respuestas que evadió
Una de las cualidades de Martin Vizcarra, es -sin duda- cambiar el tema rápidamente.
Parecía un estudiante cuando su profesor lo llama y no sabe la respuesta. Y para no quedar mal, mete ‘floro’.
Cuando uno de los colegas hizo la pregunta respecto al apoyo de las camas UCI en los hospitales de Arequipa. Vizcarra respondió que la ciudad comenzó con 50 camas y terminó con más de 200.
Mi compañera y yo nos miramos. Telepáticamente nos surgió la duda: ¿En qué momento?
“Puedo demostrártelo” exclamó Martin. Por nuestra mente solo pasaba la frase conocida del difunto expresidente Alan Garcia «Desmuéstrenlo pues, imbéciles».
Por otro lado, un periodista le preguntó muy directamente: ¿Usted se considera una persona mentirosa? A lo que le contestó rotundamente: No.
Martin, usted es una persona muy graciosa y olvidadiza. ¿No fue uno de los primeros en vacunarse y lo negó?
Vizcarra tiene un buen sentido del humor
Otra de las cualidades del señor Vizcarra es despistar las preguntas con respuestas graciosas. Bueno, no sería el primer político que hace esto. ¿Recuerdan a César Acuña? A partir de su famosa frase “No es plagio, es copia” , el meollo del asunto de su tesis pasó a un segundo plano.
“¿Se describe igual como lo hacen en el libro El perfil del lagarto, frío y algo calculador?” cuestionó otro colega.
Martín respondió simpáticamente: “No me puedo describir yo solo. Pero de frío no tengo nada, si no pregúntenle a mi esposa”.
Ahí surgió una duda: ¿Cómo su esposa puede responder a esto después de que sacaron la famosa canción Mi bebito fiu fiu a partir de la presunta infidelidad? Pero algo es un hecho, Martín no tiene nada de frío; por el contrario, según los audios, es bien caliente.
«No, no me molesta para nada, es más, considero que Silva tiene mucha creatividad» aclaró cuando le consultaron sobre la canción viral «Mi Bebito Fiu Fiu».
¿Podría cantar un poco? añadió el periodista. “Lo haría pero no tengo buena voz” , respondió Vizcarra.
Estos detalles de amabilidad y simpatía nos hicieron recordar a Kuczynski. ¿Acaso estas cualidades fueron requisitos para pertenecer a Peruanos por el Kambio?
Realmente Martin Vizcarra parece seguir los mismos pasos que PPK. Que descubran audios comprometedores es una de las características más comunes de este partido.
Lo que sí dijo
Cuando le pidieron su opinión sobre el gobierno actual, Vizcarra no dudó en asegurar la existencia de un “serio problema de liderazgo”. Indicó que la solución ante estos problemas es el cambio en los poderes del Ejecutivo y Legislativo “tiene que haber cambio de Gobierno y también en el Congreso de la República”. Añadió que deberían adelantarse las elecciones.
Además, los presuntos actos de corrupción que empañan a los funcionarios, ocasionaron dudas en la población. De acuerdo al ingeniero, en los Ministerios no hay gente preparada ni eficiente.
“El Gobierno ha perdido la confianza del pueblo”, afirmó el exmandatario.
De acuerdo a Vizcarra, las bancadas en el Congreso trabajan por intereses propios y de ciertos grupos, usando como ejemplo la reciente aprobación de la contrarreforma de la Sunedu.
Luego de respuestas graciosas, incómodas e incompletas, a las preguntas lanzadas, el expresidente se despidió de la prensa. En menos de diez segundos, Vizcarra pasó de estar a escasos centímetros de los reporteros a estar detrás de los policías encargados de su seguridad. Pero pasó algo inesperado, en un movimiento inteligente y perspicaz, una mujer de prensa se escabulló entre los asistentes y capturó en una selfie, un souvenir no muy común.
En 30 segundos de alboroto, Vizcarra desapareció.
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