El otro ángulo del comunicado del Colegio de Periodistas de Arequipa en el caso de la agresión a Diego Condori

"Díganme 'cristalito' pero a esto se le llama revictimización. Indirectamente, le estamos diciendo al colega que no debió estar allí y no debió exponerse de esa forma. Pónganse a pensar, ¿no es acaso algo que también les decimos a las víctimas de algún tipo de violencia de género? Con ese comunicado el Colegio de Periodistas de Arequipa le traslada parte de la responsabilidad —de la agresión sufrida— al colega".

Con Diego Condori fuimos compañeros de universidad y trabajamos juntos haciendo prácticas en HBA Noticias en 2018. El ímpetu por estar detrás de la noticia, las ganas de hacer las cosas y el cariño por esta profesión fueron características que siempre tuvo. Luego me lo jalé a la primera etapa de Pancarta.pe, formó parte de nuestra primera generación en 2019. Y esas ganas nunca se perdieron. Diego es valiente, entusiasta con el trabajo y además, cosa que admiro y respeto, siempre tiene los pies sobre la tierra.

Ayer el Colegio de Periodistas de Arequipa tardó en pronunciarse respecto a la agresión que sufrió en UPIS Los Milagros en Yura, mientras hacía una cobertura en vivo para Radio Exitosa Arequipa. Fuera de ello lo que publicaron también fue vergonzoso y mejor se hubieran quedado callados. «Hacemos el llamado a nuestros colegiados y a quienes cumplen labores informativas como reporteros, a priorizar su seguridad en todo momento, a actuar con prudencia en contextos de alta tensión y a seguir rigurosamente los protocolos de protección y seguridad establecidos para coberturas de riesgo», señalaron en el cuarto párrafo de su comunicado, que a mi parecer está de más.

Díganme ‘cristalito’ pero a esto se le llama revictimización. Indirectamente, le estamos diciendo al colega que no debió estar allí y no debió exponerse de esa forma. Pónganse a pensar, ¿no es acaso algo que también les decimos a las víctimas de algún tipo de violencia de género? Con ese comunicado el Colegio de Periodistas de Arequipa le traslada parte de la responsabilidad —de la agresión sufrida— al colega.

Al hacer el llamado a «priorizar su seguridad», «actuar con prudencia», «seguir protocolos» se sugiere de cierta manera que algo tuvo que hacer la víctima para que le pasara lo que le pasó; que en parte, se expuso; o que tuvo responsabilidad de estar allí.

No importa cual sea el entorno, una persona violenta siempre será violenta. Recuerdo que hace unos años me dieron un lapo y me mandaron un escupitajo en plena calle Mercaderes, cuando hacía una cobertura en lo que, supuestamente, era un espacio seguro.

Debemos entender que el propio trabajo también implica exponerse a ciertos riesgos: durante las protestas a Tía María en Arequipa en 2015 tuve la suerte no ser agredido por un grupo de manifestantes que sí terminaron rompiéndole la cámara a los colegas de ATV y ATV Sur. Y, sí, debemos preocuparnos por nuestra seguridad, pero ello no debe reducirnos al miedo.

Otro aspecto que me llamó la atención —y que surge cada vez que sucede una agresión contra cualquier periodista local— es la opinión generalizada sobre si le corresponde al Colegio pronunciarse respecto a un colega que no está agremiado.

Cualquier ataque a un periodista es un ataque al derecho de la libertad de expresión, de prensa y de información, algo que sí atañe directamente a la naturaleza del Colegio. Por ello, sí, es necesaria la emisión de un comunicado sea o no el colega miembro de la orden profesional. Hay que entender una cosa: el Colegio de Periodistas existe por la voluntad de sus agremiados. Porque para ejercer la profesión —lamentablemente— no es obligatorio titularse, ni tampoco colegiarse, debido a que está enmarcada en los Derechos Humanos fundamentales señalados líneas arriba. En esa lógica, el ejercicio de estos derechos no debe reservarse solo para un grupo de ciudadanos, en este caso los periodistas. Por ello, el pedido de una participación activa e inmediata del Colegio tiene que ver con la protección de estos derechos que también asisten a cualquier ciudadano.

Diego no solo merece nuestra solidaridad personal; merece un respaldo institucional a la altura del riesgo que asumimos como periodistas cada vez que salimos a reportear. El Colegio de Periodistas de Arequipa ha perdido la oportunidad de demostrar que su razón de ser trasciende la formalidad institucional, que aplica muy bien con saludos de cumpleaños para sus colegiados. Lo bueno es que a partir de enero se viene una nueva gestión.

Si normalizamos estos matices revictimizantes, terminamos debilitando el mensaje que como sociedad debemos transmitir: la violencia nunca se justifica.